jueves, 13 de junio de 2013

Una mala tarde




Por todas aquellas decisiones que, aunque no fueran las correctas o las más fáciles, siempre llevaron consigo una enseñanza. Por todas las veces en las que los tropiezos no hacen más que encender la llama de la ilusión. Por todos aquellos momentos difíciles que resultaron ser la antesala de un sueño cumplido. Por las ocasiones en las que, detrás de la puerta había una pared y más allá de la ventana una llanura sin más límite que el horizonte. Por las palabras que quedaron ocultas, por las que no debieron ocultarse y por las que se sueña escribir o escuchar. Por que todos hemos tenido una ‘Mala Tarde’ a la espera de una feliz mañana:


Soy por antigüedad primer espada,

de azul y oro el corazón vestido.

Cuando un ripio me embiste enfurecido

sé que debo jugarme la cornada .


Escribir de salón no tiene nada

que ver con la verdad. Pero es sabido

que poéticamente yo he tenido

más de una tarde desafortunada.



No es cosa de culpar a la cuadrilla

si el pitón me pasó de lado a lado

como una afiladísima cuchilla.



Nunca me he visto tan desesperado.

Sudaba sangre sobre la cuartilla.

Y es que aquel verso estaba toreado

('Mala Tarde', Pinturas y escrituras, Bengoechea, 1994)


*Javier de Bengoechea (Bilbao,1919 -Getxo,Vizcaya, 2009) fue abogado, poeta y crítico taurino. Sus tres pasiones fiueron los toros, el arte y la poesía ('El Siglo de Oro de la poesía Taurina', Salvador Arias Nieto)

Imagen: escueladetauromaquia.wordpress.com

domingo, 8 de enero de 2012

¡Si María levantara la cabeza…!



Los niños corretean a su alrededor como si fuera una vecina más, pero no cualquier vecina. Ella permanece erguida a sabiendas que el tiempo pone cada uno en su sitio, como pretende que siga siendo. Recuerda como muchos años atrás se sintió fuerte, aguerrida, segura de sí misma y con la valentía necesaria para alzarse ante la desgracia que estaba por venir. No dudó en enarbolar su lanza y puso en jaque su propia vida para guerrear sobre las murallas de su pequeña patria, La Coruña, y evitar que ésta cayera en manos de los invasores británicos, encabezados por Francis Drake, allá por el siglo XVI. Siglos después, María Mayor Fernández de Cámara y Pita, María Pita para todos, sigue velando por su feudo a través de un frío y eterno bronce que preside la plaza mayor de su A Crunha amada y natal. Es más, su aportación fue tan grande que le da nombre a las fiestas locales, toros incluidos.


Ya, el famoso corsario no surca los mares y Galicia no corre el peligro de caer bajo el dominio británico como cuando María a penas sobrepasaba la treintena y cuando en las localidades cercanas de Noya y Padrón, al margen de todos los problemas, surgían los primeros festejos taurinos. Ahora, es al revés. Los toros, que surgieron como un oasis en medio de la tempestad, son el chino en el zapato. Y, en un futuro, los niños que juegan cada tarde junto a la heroína pues a lo mejor ya no la pueden recordar en los tendidos. Resulta que pretenden prohibir la entrada a los toros a menores de 12 años ya que “este tipo de celebraciones son perjudiciales para los niños” alegaban. Es cierto, si consideramos crear afición como un perjuicio. Si consideramos mal que un arte acogido oficialmente como Cultura se garantice la supervivencia, porque ‘esos locos bajitos’, como decía Serrat, un día vieron de la mano de sus progenitores lo que era la fiesta de los toros. Es un daño, si consideramos un paso atrás que al asistir a los toros, los chavales maten dos pájaros de un tiro: uno al poder disfrutar la Fiesta Nacional (quizás ese término sea el problema) y así recordar a la mujer junto a la que cada tarde ven sus vidas pasar.

A María la suben en un pedestal por haber defendido lo suyo mientras a otros les prohíben darle permanencia a lo que también es parte de Galicia. Porque la comunidad gallega no es sólo La Coruña ni sólo allí se celebran corridas de toros, aunque haya sido el ejemplo. El mensaje ahora se tergiversa. Ponen a los niños, cuando interesa, en un altar sin pensar que a lo mejor son la base para que no se fragmente algo que en algunos lugares ya ha empezado a resquebrajarse. La falta de sentido común asalta las murallas gallegas. María Pita, con su infranqueable lanza, no estará para evitar que entre y parece ser que su espíritu defensor tampoco. Los niños, mientras tanto, tendrán que dejar de serlo para disfrutar de algo que nació cuando Galicia corrió el riesgo real, de perder su identidad.

Marta Jiménez

sábado, 12 de noviembre de 2011

La luz de la plata


De todos los elementos de los que se tienen constancia en la actualidad, es la plata uno de los que ya se conocía en la antigüedad ya que incluso se menciona en el libro del Génesis de la Sagrada Biblia. Lo que para los químicos es el símbolo Ag, para la madre de nuestra lengua, el latín, era el argentum, que significaba ‘brillante’. Además, dicen los entendidos que la plata es muy valiosa por sus múltiples utilidades y que también es el mejor conductor de luz y calor. El que estableciera que los subalternos vistieran cubiertos de ella, acertó de pleno.

Esta tarde, hay que hablar de tres hombres que hacen con la plata orfebrería fina. Tres profesionales en los que se puede comprobar que el comenzar una nueva ruta no es un dar un paso atrás, sino que es un síntoma de que no se ha dejado de caminar. Juan José Trujillo, Curro Javier y Luis Blázquez decidieron cambiar el rumbo de sus vidas taurinas con la esperanza de triunfar de otra manera en las plazas que se alejaron cuando se vistieron de oro. Son tres ases que junto a José María Manzanares forman un póker que gana la partida allá por donde va. Tres velas que empujan en una misma dirección. “Él nos mira y ya sabemos donde quiere llegar” reconocía el propio Curro Javier en una entrevista cuando le preguntaban sobre esa unión infranqueable que han creado gracias a un entendimiento y una compenetración total.

Un engranaje perfecto. Si hay que lidiar, el capotazo justo y necesario. Si hay que poner banderillas rara es la tarde en las que alguno de los tres, si es que no son los tres, se tiene que desmonterar después de parear el toro en cuestión. Profesionalidad y calidad, que en ningún momento desmerecen a la altura de la figura a la que acompañan. Tanto es así que no dejan de acaparar premios ya sea de forma individual o colectiva, como ha sido el cervatillo Taurino de la Feria de Córdoba como hemos visto en las imágenes a Juan José Trujillo, recoger en solitario el premio de esta casa. Pero en el caso de esta tarde vuelve a ser un reconocimiento de forma conjunta, porque decidirse por uno de ellos no sólo sería complicado sino que también sería injusto. Precisamente no deja de reconocerse su labor en un año en el que la plata se ha oscurecido en ciertos momentos como ha sido la muerte de Paco Sánchez Fuentes, Antonio Fernández ‘Almensilla’, más recientemente, o con la muerte de Manuel Montoya el pasado mes de agosto. Pero no hay que olvidar tampoco a los que han decidido dejar los ruedos, como es el caso de Antonio Tejero, que se ha retirado tras veinte años en la profesión.

Pero al margen de las despedidas, Juan José, Curro y Luis no han dejado de brillar. En Málaga eso se pudo comprobar. Todos hicieron gala de su buen hacer las dos tardes que pisaron la plaza y fueron no el complemento, si no la aureola perfecta para esas dos faenas que propiciaron que Manzanares fuera el gran triunfador del Feria de Agosto de este 2011. En una feria en la que también hubo que lamentar percances sufridos por subalternos como le ocurrió a Alejandro Escobar, subalterno de Enrique Ponce, o a Luis Miguel Collado que acompañaba a Mari Paz Vega.

El caso es que ahora que acaba la temporada y se echa la vista atrás, uno siempre pretende quedarse con lo mejor. Y sin duda, los mejores están aquí con nosotros. Los son los tres, cada uno con sus nombres y sus vidas sí, pero sin olvidar que sus ojos son también los de sus compañeros, que sus manos tienen que unirse a las de los demás. Como decíamos al principio por esa capacidad en cualquiera de las suertes y por transmitir de manera conjunta e incondicionalmente luz y calor a su Maestro, no podía ser de otra manera que el trofeo a la mejor faena de brega fuera para ellos tres. Así que esta vez, va por ustedes.

(Presentación del trofeo que concede el equipo gubernativo de La Malagueta a la Mejor Faena de Brega de la Feria de Agsoto. Este año concedido de manera conjunta a Curro Javier, Luis Blázquez y Juan José Trujillo, de la cuadrilla de Manzanares)

Va por usted y por 'Telito'


Era el final deseado. Era la estampa de la satisfacción que nace de la unión del trabajo, el esfuerzo y la paciencia de años. Reinaba también la sensación de que todo acababa tal y como se había imaginado y con el descanso de que había llegado a buen puerto todo aquello por lo que se había luchado. A Telito lo arrastraban por el albero de La Malagueta dejando tras de sí la estela del buen sabor que se paladea tras haber presenciado la lucha de un animal de primera categoría, haciendo honor a la plaza que ahora iba dejando tras él. La presentación era simplemente perfecta. 520 kilos de pelo negro bragado que encendieron la ilusión y la esperanza de un respetable que añoraba ejemplares que estuvieran a la altura de lo que se merece nuestra plaza. Era el primer toro de la segunda corrida de abono de una extensa Feria de Agosto que, entre otros aspectos, se saldó con sonoros petardos ganaderos y es por esto que las seis cabezas de Guardiola resaltaron aún más. Y ojo, que con esto no le estoy quitando mérito, sino que precisamente, con este encierro quedó más marcada aún la diferencia entre lo que debe ser y lo que es. Jaime, Jaime Guardiola, el ganadero, lo sabía. Jaime era consciente de que en Málaga su hierro no podía saltar a la arena de cualquier forma. Es más, para Málaga, no es de recibo que pisen su albero animales que lejos quedan del status que se le presupone a un coso que lucha por conseguir una identidad propia. Y esto, también era algo que Jaime había comprobado a lo largo de los años. A la hora de apartar el ganado que viajaría hasta Málaga, él rememoraba aquella década de los 70 en la que movido por la afición se desplazaba hasta nuestra ciudad para disfrutar de la Feria, tanto de la taurina como la festiva, porque tampoco dejaba pasar la oportunidad de disfrutar de un plato de chanquetes con huevo frito. Eran los años del gran maestro de Ronda, de Don Antonio Ordóñez, de Paco Camino y otros grandes nombres. Momentos en los que Málaga no era precisamente un escoyo difícil de solventar, tanto era así que Jaime echa la vista atrás y recuerda entre sonrisas una encerrona de Curro Romero ante toros de Guardiola, lo que deja patente lo que les acabo de contar.

Jaime tenía claro que tipo de toro tenía que embarcar con destino a La Malagueta y como el mismo dice “a Málaga había que ir a triunfar y por eso decidí enviar los toros que podían hacerlo de manera uniforme”. Y no se equivocó, porque en cuanto a nobleza y belleza eran seis ejemplos dignos de estampa. Pero fue Telito, a quien hoy tenemos que recordar, el que destacó por encima de los demás. Pero esto era algo que venía sucediendo ya en su apacible vida en el campo. Una vida que comenzó en el año 2007 allá por el mes de abril. Este cuatreño era la joya de la corona. “Bajo, fino y con una arboladura considerable”, lo recuerda Jaime. El ejemplar perfecto en el que todos plantaban sus ojos y al que todos querían embarcar con destino a su plaza, pero su destino era y tenía que ser Málaga.

La de aquel 12 de agosto era una tarde que se prestaba al análisis. De aquella corrida se podían desgranar muchos matices. La hoja de ruta que se había creado en El Toruño alcanzaba sus últimos tramos. Y esta estrategia, si es que se puede llamar así, no era otra cosa que otra muesca en la piedra angular de la que partió la razón de ser de este mítico hierro; “buscar un toro que vaya bien al caballo”. No soy yo quien dice, sino el propio ganadero, que “las ganaderías se van al traste por la falta de casta, y la mejor prueba para que eso no ocurra es que el toro vaya bien al caballo”. “Nuestros criterios de selección, explica Jaime, son la nobleza y la casta, aunque unas veces se consigue y otras no”. Pero esta vez, fue de las que si. De los seis que saltaron, tres de ellos, entre los que estaba Telito, eran del mismo semental. Además también estaban Canción y Moreno, todos ejemplo de lucha y acometividad. Y prueba de esto es que precisamente Moreno, recibió el que recientemente se ha premiado como mejor puyazo de la Feria de Málaga, a cargo de Alfonso Doblado picador de la cuadrilla del diestro Fernando Robleño.

Para Telito, su antagonista en el ruedo sería Antonio Barrera. Especialista en retos difíciles, si es que ya de por sí, ser torero no lo es. Barrera mostró su disposición desde el primer momento y Telito no fue menos. Incluso, Pepín Monje, el banderillero, tuvo que desmonterarse tras parearlo. Y es que la tarde apuntaba maneras. Ya en el caballo, el quid de la cuestión, se volvieron a cumplir los pronósticos haciendo que Germán González se empleara a fondo y plasmara uno de los mejores tercios de varas de la tarde y de todo el ciclo de agosto.

Con la muleta, Barrera lo citó en corto con la mano baja, mostrándose dominador, aprovechando no sólo que el toro embestía y agradaba sino que se había creado una gran conexión. Como bien dice Jaime “hay toros que necesitan a ese torero en concreto” y eso es ni más ni menos lo ocurrió en aquel primero de la tarde; hombre y animal, no sólo se necesitaban si no que también se encontraron el uno al otro.

Tras un segundo intento con la espada y un descabello ‘Telito’ cayó. No pudo ganarse la vida y con ella la vuelta al campo, dónde como decíamos, era tan admirado. Pero en cambio, supo morir en el ruedo. Lo hizo dignificando a su especie y aunque pueda parecer paradójico, con su muerte reivindicó la pervivencia de los de su género; seres inigualables, enigmáticos y muestra de la conjunción perfecta entre poder y nobleza. Telito murió en la arena, de forma pública, alejado de oleadas de falso animalismo y políticas que intentan ningunear la grandeza de un arte que guarda en su carácter efímero un tesoro que nunca perece; la verdad. Es por esto, por lo que hoy recordamos a Telito, por su fidelidad a su naturaleza brava y es por eso que también hay que reconocer la ciencia, la paciencia y el saber hacer de aquellos que consagraron a su vida a perpetuar y a seguir dignificando al animal más venerado e idolatrado; el toro bravo. Para todos ellos, hoy representados de forma muy merecida, en la figura de Jaime Guardiola, nuestro agradecimiento, admiración y este trofeo. Va por usted y por Telito.

(Presentación del trofeo del Colegio de Veterinarios de Málaga, concedido al toro ‘Telito’ de la ganadería de Hdros. de Salvador Guardiola)

jueves, 13 de octubre de 2011

Sentimientos 2.0



Hace algún tiempo, la mujer de un maestro de los ruedos me confesaba que uno nunca se acostumbra a las ausencias de un torero cuando se marcha a torear. “Y ahora, al menos existen los móviles”, celebraba considerando la telefonía moderna como un placebo ante la hiriente incertidumbre que se vive hasta la hora del final de la corrida. El pasado miércoles, el diestro sevillano Antonio Nazaré se alegraba de que el móvil se le estuviera quedando sin batería por recibir numerosas llamadas para felicitarle por su actuación (pedazo de actuación) en el cierre de la temporada en la Maestranza de Sevilla. Maneras distintas de aprovechar la cobertura.

Precisamente, el provecho de las nuevas tecnologías y la explosión de las redes sociales ha dado lugar a un neo-romanticismo, que es de todo menos romántico, pero que avanza (y a veces atrapa, que es lo peor). Un SMS que no se contestó (o que no llegó), estados de Facebook que ojalá nunca hubieras leído y emociones que te encantaría compartir pero que por alguna razón, ya sea el miedo, la vergüenza o el celo a la intimidad, hacen que nunca vean la luz. Espacios como Twitter, Tuenti o los clásicos mensajes de texto puede que se hayan convertido en un ciberescudo en el que una vez lanzada la piedra, puedas esconder la mano. Y también puede utilizarse para evitar, si tu puntería no es muy fina, que el chinazo te retorne. Mi frente aún se resiente de algún que otro lanzamiento fallido.

Pero también puede ser que queramos ser certeros a cualquier precio. Busquen en Google: “poesías y declaraciones de amor”. Esta fue la solución que una chica encontró hace unos días para poder escribirle a su pareja algo bonito por su primer aniversario de noviazgo. Me entraron ganas de acercarme, improvisar algo y convertirme en su negro sentimental con tal de que su pareja no recibiera un mensaje con la misma profundidad que las instrucciones de la lavadora. Esta revolución, ha dado lugar a que nos encontremos con personas que no puedan ni siquiera usar sus propias palabras para expresar un sentimiento, porque ya se declaran por ti con un solo click.

A todos ellos decirles que prueben a expresar la intensidad de una mirada en 140 caracteres o que investiguen a través de cualquier buscador, a ver si lo encuentran, cómo se llama ese vacío que queda al comprender que ése cosquilleo sólo crece en tu interior. Si alguien lo consigue, yo seré incapaz, que por favor me lo comunique, y seré yo misma quien lo retwittee. Hasta entonces, Twitter OFF.

domingo, 24 de julio de 2011

El Tour de la vida



Recuerdo una frase de la película Amelie, la cual recomiendo fervientemente, que decía que “la suerte es como el Tour de Francia. Lo esperas todo el año y luego pasa rápido”. Y es que, quizás, la ronda francesa sea una vida estudiada en 21 días. 21 oportunidades. 21 reencarnaciones. Alegrías, penas, subidas y bajadas de puertos y ánimos, proyectos que se quiebran, metas que se alcanzan, un hombros junto al que escalar posiciones, vendettas, opciones que se escapan y logros que valen cualquier penuria. Y al final, como en la vida, todo acaba con las lágrimas de unos y las risas de otros.

El Tour de 2011 ha dicho ‘adieu’ de nuevo y ya van 98 veces. En esta ocasión Cadel Evans dio un golpe en la mesa y por fin se quitó la medalla de plata doliente de la segunda posición. Y además otorga a Australia al fin un campeón. En la cruz de la moneda, Andy Schleck, que a pesar de sucederle lo mismo que a Fignon (q.e.p.d.) en el 1989 ante Lemon, al contrario que el francés, el de Luxemburgo supo aguantar el chaparrón. Al menos no se vieron esputos voladores como en el caso de la derrota del galo ante el americano, que también fue le primero de su país en ganar un Tour en el 1986.

Miguel Indurain no fue el primer español en ganarlo. Ocaña, Bahamontes y Pedro Delgado le habían precedido. Pero hace 20 años, el de Villaba hizo que la afición al ciclismo en España cambiara de piñón. 1991,1992, 1993,1994 y 1995. Cinco coronas, cinco reinos a los que la historia posterior intentó buscarle herederos patrios. Delfines que le sucedieran en el trono de los Campos Elíseos. Dos décadas desde que ‘Miguelón’, nuestro navarro de oro, hiciera que algún Alberto, Samuel u Óscar cogieran sus bicicletas movidas por las alas de la ilusión de alcanzar la estela del pentacampeón.

Ya sólo hay que esperar un año para disfrutar de una nueva ‘vida’ de 21 sobremesas en las que se pude comprobar que el amarillo no es el color de la mala suerte y que ésta no pasa rápido, sino que a lo mejor nos está esperando en la meta con la condición de que no dejemos de pedalear.

sábado, 23 de julio de 2011

Andaluz, el milagro antigrasa



Aquellos que me leen, a los que agradezco que me dediquen su tiempo, pero no me conocen en persona, tampoco saben cómo es mi forma de hablar. Pues hablo andaluz. Si, sí, andaluz. Y no me siento inferior ¡oiga! por mucho que desde pequeña hayan intentado hacérmelo sentir en televisión poniéndole un acento indescriptible, ni de lejos andaluz, a personas que siempre ocupaban las posiciones más desfavorecidas. Es un triste consuelo recordar tu biografía televisiva y darte cuenta que sólo Tico, el fiel acompañante de Rigodón y de Willy Fog, salía bien parado. También estaba Gazpacho, el de Los Fruitis, pero esa serie y su extraño ‘casting’ merece una entrada de blog independiente que no creo que llegue a escribir nunca.

Miedo me da pensar el criterio que usó Ariel para elegir a la familia del Buey Padilla (ellos no tienen la culpa) para saber cómo ahorra una familia numerosa. O por qué creyó el creador del anuncio de Fairy, que la madre tenía que explicar en andaluz, fingido y entonado con ‘malafollá’, a la profesora de su hija la consabida retahíla de la economía familiar gracias a la archifamosa gotita quitagrasa. ¿Por qué los eligieron?¿porque verdaderamente son un ejemplo de una familia como otras muchas (asturianas, gallegas, levantinas…) que hacen verdaderas hojas de cálculo para llegar a fin de mes? o ¿porque el andaluz, preso de una mofa histórica constante se relaciona con lo marginal, la escasez o el subdesarrollo? A lo mejor es más acertado poner a una familia con un acento que se identifique más con regiones en las que el afán de ahorro y amor a la pela son bastante señeras.

Aunque es cierto que sí se le puede preguntar a un andaluz por el ahorro. ¡Claro que sí! De lo que nos ahorramos en traductores de presencia debatible (por no decir innecesaria) en parlamentos y juzgados. Aunque es cierto que el andaluz es un dialecto y no una lengua. Pero, nótese la ironía, ¿el español si es una lengua, no? ¿la nuestra? ¿la de todos? También podemos pensar en la tranquilidad que da saber desde el primer momento lo que la DGT te anuncia en sus luminosos de carretera. Vaya a ser que por no saber lo que significa ‘boira’, te pegues un ‘boirazo’ con el coche.

Mientras tanto, espero, sin ironías, que los Buey Padilla lleguen a fin de mes. Que la joven estudiante saque buena nota en el trabajo y que los creadores de anuncios, entre idea e idea, lean a algunos premios Nobel de Literatura como Aleixandre o Juan Ramón Jiménez, que no sé si estos autores llegaban o no a fin de mes pero no fingían su habla, hablaban andaluz.