viernes, 23 de julio de 2010

Siempre nos quedará la Fiesta

“De todos los cafés del mundo, tuvo que elegir el mío”. Arropada por una impoluta chaqueta, esta frase de la película Casablanca se convirtió en mítica desde la garganta doliente de Humphrey Bogart. El actor, en su papel de Rick, lamentaba el reencuentro con su amada Ilsa, la mujer que lo había abandonado pero a la que jamás había podido olvidar. Dicen que donde hubo fuego quedan cenizas, aunque al parecer hay rupturas en las que es mejor no tiznarse de recuerdos. Fue en 1914. Mientras en la Gran Guerra se derrumbaban los muros del mundo, en Barcelona se alzaban los de la Monumental. Existían ya otras dos: la Plaza de El Torín (conocida también como plaza de la Barceloneta, construida en 1834 y la Plaza de las Arenas (en la Plaza de España, fundada en 1900). Fue también en Barcelona donde en el año 2007, José Tomás volvió a los ruedos después de cinco de retirada con todo el papel vendido. O donde un año después, el toro Idílico mereció el indulto. Ahora, resulta que la Generalitat es competente para prohibir los festejos, a lo que se une que el PSC dará libertad de voto a sus diputados el Parlamento Catalán en el proyecto de ley para la prohibición de las corridas de toros, y que no pedirán votación secreta. ¡Ay, Catalunya Lliure, si así tratas a tus amores ‘a la lima y al limón, te vas quedar soltera’!

Y es que cuando uno ve otros espectáculos, se supone que taurinos, y no cuestionados, propios de Cataluña, en los que no se demuestra ni un ápice de respeto por ese toro al que ahora dicen ‘defender’, uno piensa en Rick y musita: ‘De todos los espectáculos del mundo, tuvieron que elegir el mío’. Al parecer, todo lo que recuerde a España es como esa alianza que se guarda cuando todo acaba para que no se convierta en grillete.

En cambio, hay otros a los que de vez en cuando les gusta recordar cómo fue aquel amor que un día les robó el sueño y vuelven a aquellos lugares donde nació su pasión. La plaza Ochavada del municipio malagueño de Archidona vuelve a albergar una corrida de toros después de más de cincuenta años de ausencia de este tipo de festejos. “El mundo se desmorona (o eso quieren hacer con el mundo taurino) y nosotros nos enamoramos”, le decía una resignada Ilsa a un ilusionado Rick. Y es que, esta joya del barroco, en sus inicios, fue concebida entre otras cosas, para albergar corridas de toros. “Volviendo a tu pasado, te acordarás de mí” que rezaba el tango…Volvamos al pasado para recordar y reforzar el futuro de los toros. Para los que alguna vez creímos en los amores difíciles, siempre nos quedará la Fiesta.