sábado, 23 de julio de 2011

Andaluz, el milagro antigrasa



Aquellos que me leen, a los que agradezco que me dediquen su tiempo, pero no me conocen en persona, tampoco saben cómo es mi forma de hablar. Pues hablo andaluz. Si, sí, andaluz. Y no me siento inferior ¡oiga! por mucho que desde pequeña hayan intentado hacérmelo sentir en televisión poniéndole un acento indescriptible, ni de lejos andaluz, a personas que siempre ocupaban las posiciones más desfavorecidas. Es un triste consuelo recordar tu biografía televisiva y darte cuenta que sólo Tico, el fiel acompañante de Rigodón y de Willy Fog, salía bien parado. También estaba Gazpacho, el de Los Fruitis, pero esa serie y su extraño ‘casting’ merece una entrada de blog independiente que no creo que llegue a escribir nunca.

Miedo me da pensar el criterio que usó Ariel para elegir a la familia del Buey Padilla (ellos no tienen la culpa) para saber cómo ahorra una familia numerosa. O por qué creyó el creador del anuncio de Fairy, que la madre tenía que explicar en andaluz, fingido y entonado con ‘malafollá’, a la profesora de su hija la consabida retahíla de la economía familiar gracias a la archifamosa gotita quitagrasa. ¿Por qué los eligieron?¿porque verdaderamente son un ejemplo de una familia como otras muchas (asturianas, gallegas, levantinas…) que hacen verdaderas hojas de cálculo para llegar a fin de mes? o ¿porque el andaluz, preso de una mofa histórica constante se relaciona con lo marginal, la escasez o el subdesarrollo? A lo mejor es más acertado poner a una familia con un acento que se identifique más con regiones en las que el afán de ahorro y amor a la pela son bastante señeras.

Aunque es cierto que sí se le puede preguntar a un andaluz por el ahorro. ¡Claro que sí! De lo que nos ahorramos en traductores de presencia debatible (por no decir innecesaria) en parlamentos y juzgados. Aunque es cierto que el andaluz es un dialecto y no una lengua. Pero, nótese la ironía, ¿el español si es una lengua, no? ¿la nuestra? ¿la de todos? También podemos pensar en la tranquilidad que da saber desde el primer momento lo que la DGT te anuncia en sus luminosos de carretera. Vaya a ser que por no saber lo que significa ‘boira’, te pegues un ‘boirazo’ con el coche.

Mientras tanto, espero, sin ironías, que los Buey Padilla lleguen a fin de mes. Que la joven estudiante saque buena nota en el trabajo y que los creadores de anuncios, entre idea e idea, lean a algunos premios Nobel de Literatura como Aleixandre o Juan Ramón Jiménez, que no sé si estos autores llegaban o no a fin de mes pero no fingían su habla, hablaban andaluz.

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