domingo, 20 de diciembre de 2009

La faena del recuerdo


Quintero, León y Quiroga ‘reclamaban’ en su memorable ‘Capote de grana y oro’ un crespón de luto “por la muerte de un torero caballero y andaluz”. Corría el año 51 cuando Juanita Reina estrenaba este pasodoble compuesto a la memoria de la muerte de Manolete, ocurrida en la plaza de toros de Linares cuatro años antes. Ha pasado más de medio siglo desde que nacieran estas letras a quienes la actualidad ha desempolvado y les ha devuelto el rigor, porque según decía Nietzsche “todo pasa y todo vuelve, eternamente gira la rueda del ser”. En este caso, el diestro por el que prendo un crespón en este blog, es el maestro rondeño Antonio Ordóñez, de quien se cumplieron 11 años de su muerte el pasado día 19 de diciembre.

Vaya por delante que mi fecha de nacimiento no me permitió verle torear en vivo y en directo, (¡qué más hubiera querido yo!), aunque si recuerdo unos breves vídeos que aparecieron hace tiempo en un extinto programa de televisión, en el que precisamente no se hablaba de toros. Pero según cuentan y me cuentan, ese espectáculo pienso debía ser sublime. Lo pienso cuando mi padre recuerda y me narra sus faenas con cierto coraje por saber que no se repetirán; lo pienso mientras el diestro Miguel Sánchez cuida con sus mayores desvelos el museo taurino de La Malagueta, que lleva el nombre del ilustre rondeño (recuerdo como en una ocasión Miguel me decía lleno de emoción: “hay grandes figuras pero el hueco que él dejó, nunca se llenará”). Las puertas de dicho museo las protege su figura de bronce, en la que hace varias semanas apareció un ramo de flores rojas, algo que maquilla de alguna manera el vacío de ese estoque que alguien robó y que nadie se encargó de reponer.

Pero cuando murió, también volvió a su origen. Como dice el tango, “uno siempre vuelve al primer amor” y fue bajo el albero de la Maestranza de Ronda donde quedó custodiado su recuerdo. Ese albero que tantas veces pisó y sobre el que su sangre vuelve a pasear cada año. Sirvan estas líneas como homenaje a quién consiguió que su recuerdo fuera una faena imborrable.

1 comentario:

  1. Hola Marta!
    muy bien escrito, y eso que yo no soy fan del toreo, aunque últimamente me están obligando, pero eso es otra historia.
    Lo has hecho con mucho sentimiento y muy elegante. Aunque yo he caído por aquí por el enlace con Eduardo Manostijeras de tu perfil, ya ves, qué cosas, no?
    Bueno, pues que enhorabuena por el blog y Feliz Navidad
    ángel
    PD: Pásate por mi blog si quieres!

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