sábado, 12 de noviembre de 2011

Va por usted y por 'Telito'


Era el final deseado. Era la estampa de la satisfacción que nace de la unión del trabajo, el esfuerzo y la paciencia de años. Reinaba también la sensación de que todo acababa tal y como se había imaginado y con el descanso de que había llegado a buen puerto todo aquello por lo que se había luchado. A Telito lo arrastraban por el albero de La Malagueta dejando tras de sí la estela del buen sabor que se paladea tras haber presenciado la lucha de un animal de primera categoría, haciendo honor a la plaza que ahora iba dejando tras él. La presentación era simplemente perfecta. 520 kilos de pelo negro bragado que encendieron la ilusión y la esperanza de un respetable que añoraba ejemplares que estuvieran a la altura de lo que se merece nuestra plaza. Era el primer toro de la segunda corrida de abono de una extensa Feria de Agosto que, entre otros aspectos, se saldó con sonoros petardos ganaderos y es por esto que las seis cabezas de Guardiola resaltaron aún más. Y ojo, que con esto no le estoy quitando mérito, sino que precisamente, con este encierro quedó más marcada aún la diferencia entre lo que debe ser y lo que es. Jaime, Jaime Guardiola, el ganadero, lo sabía. Jaime era consciente de que en Málaga su hierro no podía saltar a la arena de cualquier forma. Es más, para Málaga, no es de recibo que pisen su albero animales que lejos quedan del status que se le presupone a un coso que lucha por conseguir una identidad propia. Y esto, también era algo que Jaime había comprobado a lo largo de los años. A la hora de apartar el ganado que viajaría hasta Málaga, él rememoraba aquella década de los 70 en la que movido por la afición se desplazaba hasta nuestra ciudad para disfrutar de la Feria, tanto de la taurina como la festiva, porque tampoco dejaba pasar la oportunidad de disfrutar de un plato de chanquetes con huevo frito. Eran los años del gran maestro de Ronda, de Don Antonio Ordóñez, de Paco Camino y otros grandes nombres. Momentos en los que Málaga no era precisamente un escoyo difícil de solventar, tanto era así que Jaime echa la vista atrás y recuerda entre sonrisas una encerrona de Curro Romero ante toros de Guardiola, lo que deja patente lo que les acabo de contar.

Jaime tenía claro que tipo de toro tenía que embarcar con destino a La Malagueta y como el mismo dice “a Málaga había que ir a triunfar y por eso decidí enviar los toros que podían hacerlo de manera uniforme”. Y no se equivocó, porque en cuanto a nobleza y belleza eran seis ejemplos dignos de estampa. Pero fue Telito, a quien hoy tenemos que recordar, el que destacó por encima de los demás. Pero esto era algo que venía sucediendo ya en su apacible vida en el campo. Una vida que comenzó en el año 2007 allá por el mes de abril. Este cuatreño era la joya de la corona. “Bajo, fino y con una arboladura considerable”, lo recuerda Jaime. El ejemplar perfecto en el que todos plantaban sus ojos y al que todos querían embarcar con destino a su plaza, pero su destino era y tenía que ser Málaga.

La de aquel 12 de agosto era una tarde que se prestaba al análisis. De aquella corrida se podían desgranar muchos matices. La hoja de ruta que se había creado en El Toruño alcanzaba sus últimos tramos. Y esta estrategia, si es que se puede llamar así, no era otra cosa que otra muesca en la piedra angular de la que partió la razón de ser de este mítico hierro; “buscar un toro que vaya bien al caballo”. No soy yo quien dice, sino el propio ganadero, que “las ganaderías se van al traste por la falta de casta, y la mejor prueba para que eso no ocurra es que el toro vaya bien al caballo”. “Nuestros criterios de selección, explica Jaime, son la nobleza y la casta, aunque unas veces se consigue y otras no”. Pero esta vez, fue de las que si. De los seis que saltaron, tres de ellos, entre los que estaba Telito, eran del mismo semental. Además también estaban Canción y Moreno, todos ejemplo de lucha y acometividad. Y prueba de esto es que precisamente Moreno, recibió el que recientemente se ha premiado como mejor puyazo de la Feria de Málaga, a cargo de Alfonso Doblado picador de la cuadrilla del diestro Fernando Robleño.

Para Telito, su antagonista en el ruedo sería Antonio Barrera. Especialista en retos difíciles, si es que ya de por sí, ser torero no lo es. Barrera mostró su disposición desde el primer momento y Telito no fue menos. Incluso, Pepín Monje, el banderillero, tuvo que desmonterarse tras parearlo. Y es que la tarde apuntaba maneras. Ya en el caballo, el quid de la cuestión, se volvieron a cumplir los pronósticos haciendo que Germán González se empleara a fondo y plasmara uno de los mejores tercios de varas de la tarde y de todo el ciclo de agosto.

Con la muleta, Barrera lo citó en corto con la mano baja, mostrándose dominador, aprovechando no sólo que el toro embestía y agradaba sino que se había creado una gran conexión. Como bien dice Jaime “hay toros que necesitan a ese torero en concreto” y eso es ni más ni menos lo ocurrió en aquel primero de la tarde; hombre y animal, no sólo se necesitaban si no que también se encontraron el uno al otro.

Tras un segundo intento con la espada y un descabello ‘Telito’ cayó. No pudo ganarse la vida y con ella la vuelta al campo, dónde como decíamos, era tan admirado. Pero en cambio, supo morir en el ruedo. Lo hizo dignificando a su especie y aunque pueda parecer paradójico, con su muerte reivindicó la pervivencia de los de su género; seres inigualables, enigmáticos y muestra de la conjunción perfecta entre poder y nobleza. Telito murió en la arena, de forma pública, alejado de oleadas de falso animalismo y políticas que intentan ningunear la grandeza de un arte que guarda en su carácter efímero un tesoro que nunca perece; la verdad. Es por esto, por lo que hoy recordamos a Telito, por su fidelidad a su naturaleza brava y es por eso que también hay que reconocer la ciencia, la paciencia y el saber hacer de aquellos que consagraron a su vida a perpetuar y a seguir dignificando al animal más venerado e idolatrado; el toro bravo. Para todos ellos, hoy representados de forma muy merecida, en la figura de Jaime Guardiola, nuestro agradecimiento, admiración y este trofeo. Va por usted y por Telito.

(Presentación del trofeo del Colegio de Veterinarios de Málaga, concedido al toro ‘Telito’ de la ganadería de Hdros. de Salvador Guardiola)

No hay comentarios:

Publicar un comentario